Cuando aceleré el coche me miraste extrañada, pero luego me pediste que pisara a fondo…
-Si me amas lo estrellaras contra esas rocas-me dijiste.
Me asuste e inmediatamente baje la velocidad.
Ella volvió la vista al paisaje sabiendo que se subiría a otro coche en la próxima estación de servicio, el tiempo justo para echar un ultimo sueño…
Alejandro Pastor
miércoles, 1 de agosto de 2007
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