domingo, 11 de febrero de 2007

01 La felicidad

La felicidad no es un estado perenne. La felicidad y la tristeza son como el día y la noche. Los seres humanos tendemos a ser bien maniqueos: nos creemos que somos demonios o somos ángeles, somos buenos o somos malos. Yo creo que el hombre no es bueno ni malo, es las dos cosas al mismo tiempo, y es lo que trato de expresar en mis películas.

(Alejandro González Iñárritu. Director de cine. Su última película es Babel)


12 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Babel me provocó demasiado.

Saludos cinéfilos

Javier López Clemente dijo...

Hola Clarice y bienvenida a esta bitácora.

El tuyo es el primer comentario y eso me llena de alegría.

Salu2 Córneos.

Paula dijo...

A mí Babel me parece, ante todo un canto a la vida, a la humanidad que todavía nos queda, a esa esperanza, camuflada en lo cotidiano, de que podemos ser mejores personas.

Es la lectura que saqué de la película.

Me gusta esta sección, Javier, deseo que te aporte muchas cositas interesantes.

Javier López Clemente dijo...

Hola Paula.

A mi sin embargo, Babel me pareció un canto al dolor. El dolor y el sufrimiento es lo que tenemos en común todos y cada uno de los hombres. La felicidad es muy particular, cada uno es feliz con cosas diversas, sin embargo, en la Torre de Babel el sufrimiento tiene algo en común: En el caso de la película es la muerte o la posibilidad de morir.

Salu2 Córneos.

PD. Viendo Babel se me hizo un nudo en la garganta. Era la primera vez que me ocurría en el cine... tal vez estoy cambiando sin darme cuenta.

Paula dijo...

Cuántas lecturas de una misma película ¿verdad?

Es cierto que el dolor nos es común, pero es la capacidad de responder ante el dolor lo que nos diferencia, y nos humaniza. Y no he nombrado la felicidad, he nombrado el canto a la vida. La lucha, en varias ocasiones a la desesperada, por seguir en pie, aun sin entender nada de nada.

Para mí hay dos personajes claves, dos personajes que me impactaron sobremanera: el compañero de viaje de autobús que ayuda a los turistas ofreciéndoles su casa y el policía que visita a la chica japonesa. Ambos me tocaron el corazón.

Me da buen feeling ese nudo en la garganta. No sabría decir, pero me da buen feeling

Un abrazo

Javier López Clemente dijo...

Hola Paula.

Acabo de borrar todo lo que había escrito porque si empiezo a hablar de las escenas memorables y personajes estupéndo... no paro ;-)

He vuelto a leer tus comentarios y tendré que pedir disculpas, ay la madrugada, porque efectivamente reclamas un canto a la vida y si, Babel es un canto a la vida, la exposición de una Torre de Babel dónde aún nos podemos entender, al menos en los dolorosos territorios del dolor. Pero lo básico para que se produzca esta comunión es el reconocimiento del otro, del diferente, entender que las diferencias no pueden ocultar que al final todos somos seres humanos.

¿Y si volvemos a ver la peli?

Salu2 Córneos.

Paula dijo...

pues sí, Javier

yo creo que lo mejor es volver a ver la peli


un abrazo, majo

Javier López Clemente dijo...

Hola Paula
y un compromiso de esos de los que nunca estoy seguro del final: Y hay que escribir sobre el tema, toma ya.

;-)

Salu2 Córneos.

Paula dijo...

Javier, en esta ocasión

no te entendí

Un beso

Javier López Clemente dijo...

Hola Paula

Me refiero al intento de ver la peli por segunda vez con la intención de escribir sobre ella, atendiendo a nuestros sentidos con la particularidad de que queremos escribir sobre ellos.

Glup... pero... ¿no hago todas las cosas con esa intención?, sabes... creo que yo tampoco me entiendo en algunas ocasiones ;-)

Salu2 Córneos.

Anónimo dijo...

Babel provocó que del vestigio que tenemos de reptiles los humanos, saliese un líquido caliente y salado que hacía mucho que no sentía.

Después, reflexión.
Más tarde, olvido.

Es lo que tiene ser humano con restos de reptil.

Damos asco.

Javier López Clemente dijo...

Hola Nakami

Contundente reflexión, duros golpes a nuestra conciencia, es lo que suele pasar cuando sobre la mesa se coloca la sinceridad de los reptiles.
Creo que ya lo dije por ahí arriba, yo no lloré, aunque no me faltaron ganas, esta vez fue el nudo en la garganta y... ¿qué queda de aquella sensación?

Tus últimas palabras no me atrevo a escribir.

Gracias por el comentario, es todo un cañonazo en la línea de flotación, la mejor justificación para haber empezado con esta bitácora.

Salu2 Córneos.