“Era en Berlín occidental, y no en el Berlín comunista, donde se vendían más objetos del Che. Y tuvo que ser un shock para los alemanes de la antigua RDA descubrir que, entre los elegantes comercios de Charlottenburg, al otro lado de aquel muro que ellos mismos derribaron, hay una tienda dedicada exclusivamente a este hombre que debe haberles provocado más de una pesadilla en su pasado comunista.
Para la izquierda radical, el fetiche del Che significa una victoria cultural después de una derrota política. Para la derecha radical, el fetiche del Che significa una derrota cultural después de una victoria política.
Por eso, cuando algunos conservadores arremeten contra el fetiche por la historia revolucionaria y violenta del personaje, lo primero que demuestran es un alarmante desconocimiento de cómo funciona este capitalismo que tanto defienden a capa y espada. Este sistema que necesita matar al Che personaje -y así lo ha hecho- tanto como distribuir la mercancía que les representa (cosa que también ha hecho sin el menor rubor).
Para ellos, en el fondo, la única salida coherente hubiera sido abanderar una campaña por la prohibición absoluta de esta imagen a escala mundial. Pero eso es, exactamente, lo que no les conviene hacer. Una maquinaria tan cínica que fue capaz de convertir al Che en fetiche, ¿será ahora tan torpe que convertirá al fetiche en Che? ¿Le dejará al personaje exclusivamente su valor subversivo para que afloren su legado y sus maneras en la inestable vida que hoy vivimos? ¿Despojará a esta figura de su neutralidad pop para exponer a los cuatro vientos el ejemplo de un enemigo carismático y letal que se pasó la mitad de su existencia jugándose la vida y al que Max Aub calificó, hace cuarenta años, como "el único caudillo de nuestra época muerto en el campo de batalla"? Me temo que no, entre otras cosas porque la derecha lleva también su buena carga de muerte en la mochila y tendría que enfrentarse a la supresión de sus propios iconos, pues hay muy pocos hoy en la política y en el mercado que no tengan alguna ignominia en la trastienda.”
Iván de la Nuez
Extraído de BABELIA - 29-09-2007
Para la izquierda radical, el fetiche del Che significa una victoria cultural después de una derrota política. Para la derecha radical, el fetiche del Che significa una derrota cultural después de una victoria política.
Por eso, cuando algunos conservadores arremeten contra el fetiche por la historia revolucionaria y violenta del personaje, lo primero que demuestran es un alarmante desconocimiento de cómo funciona este capitalismo que tanto defienden a capa y espada. Este sistema que necesita matar al Che personaje -y así lo ha hecho- tanto como distribuir la mercancía que les representa (cosa que también ha hecho sin el menor rubor).
Para ellos, en el fondo, la única salida coherente hubiera sido abanderar una campaña por la prohibición absoluta de esta imagen a escala mundial. Pero eso es, exactamente, lo que no les conviene hacer. Una maquinaria tan cínica que fue capaz de convertir al Che en fetiche, ¿será ahora tan torpe que convertirá al fetiche en Che? ¿Le dejará al personaje exclusivamente su valor subversivo para que afloren su legado y sus maneras en la inestable vida que hoy vivimos? ¿Despojará a esta figura de su neutralidad pop para exponer a los cuatro vientos el ejemplo de un enemigo carismático y letal que se pasó la mitad de su existencia jugándose la vida y al que Max Aub calificó, hace cuarenta años, como "el único caudillo de nuestra época muerto en el campo de batalla"? Me temo que no, entre otras cosas porque la derecha lleva también su buena carga de muerte en la mochila y tendría que enfrentarse a la supresión de sus propios iconos, pues hay muy pocos hoy en la política y en el mercado que no tengan alguna ignominia en la trastienda.”
Iván de la Nuez
Extraído de BABELIA - 29-09-2007
1 comentario:
Si el Che observara la masificación de su imagen, seguramente, él pediría ser acribillado voluntariamente por las balas.
Javi, besos mexicanos.
monique.
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