Me empequeñece la altura y no lo puedo evitar.
Se me atascan las ideas,
amontonadas
en mi tesoro y me esperan.
Ayer teñi de color sangre mis sueños,
y no queda nada sagrado que me divierta ya.
Conseguiré esa sonrisa si la puedo comprar,
será de mis favoritas.
Acumuladas en mi tesoro y me esperan.
Ayer teñi de color sangre mis sueños,
y no queda nada sagrado que me divierta ya.
Ayer teñi de color sangre mis sueños,
y no queda nada sagrado que me divierta ya.
Héroes del Silencio
lunes, 8 de octubre de 2007
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