viernes, 13 de abril de 2007

48 permiso

Pido permiso al pueblo español para volver a entrar en sus casas, en sus familias, porque la música, en cierto modo, es como una invasión de la intimidad. Hace dos años tuve que retirarme para reflexionar sobre lo que me ocurrió y para ser capaz de dar una respuesta coherente y sincera a todo eso que estaba pasando. Aquella explosión no se basó tan sólo en un éxito comercial o artístico; para mí significó mucho más, algo relacionado con la solidez de una apuesta cultural y social. Tuve que irme para no agotar a las personas, para no defraudar el cariño que me habían dado con tanta generosidad. Además, tuve que irme porque debía respetar los plazos de los compromisos sociales que había adquirido en Brasil. Ahora, regreso satisfecho, con la escuela materno–infantil terminada, con los talleres de costura y la escuela para niños funcionando perfectamente en Candeal. Y todo eso lo he conseguido también gracias a España.

Carlinhos Brown

2 comentarios:

Andrea González-Villablanca dijo...

Sobre lo que me pediste no he encontado el artículo, pero si relacionamos economía y religión debo confesar que uno de mis grandes líderes de pensamiento es Max Weber...quien sobreestimó la eficacia de las creencias religiosas en la conducta determinante en materias económicas, asimismo consideró ambas direcciones de influencias...Weber explicó la anulación y desmoronamiento del capitalismo en el mundo antiguo en función de las estructuras de poder sin presentar la ética económica como un factor independiente.

Reflexionar sobre ello no es difícil ni menos para quienes amamos estas incertidumbres de la vida.

te dejo un abrazo y gracias por estar siempre por mi blog
un baccio

Javier López Clemente dijo...

Hola Andrea.

Ya sabes cuanto me alegro de tus visitas.

Seguro que uno de los factores desestabilizadores de la religiones, al menos la católica, apostólica y romana, es esa dicotomía, esos dos planos entre los que unos creen bajo las cúpulas góticas y lo que esos mismos práctican bajo las naves industriales.

Si algo me gusta del tropiezo que me llevo hasta tus textos es esa capacidad que tiene de ponerme a reflexionar aunque, ya te lo he dicho algunas veces, mi falta de preparación cultural me lleva algunas veces a perderme en tus caminos pero... jamás me sentí más feliz como desorientado entre tus líneas.

Salu2 Córneos.