martes, 27 de marzo de 2007

38 999

Romario da Souza Faria aguardaba en el viejo túnel de vestuarios del Camp Nou su estreno oficial con el Barcelona. Zubizarreta, el portero al que Romario llamaba de usted, siempre atento y protector, le buscó y le encontró. Como siempre, estaba el último en la fila, camino del campo, para enfrentarse a la Real Sociedad el 5 de septiembre de 1993 en el primer partido de la Liga. Se acercó el veterano al debutante para hablarle de Alberto, el guardameta rival. "Va bien en el uno contra uno. Le gusta salir. Es así y asá", le explicó tratando de prevenirle. Romario, gordito, menudo, levantó su cara morena, le miró con sus ojos inyectados en sangre y le preguntó desafiante: "¿Me va a enseñar usted a meter goles?". Aquella tarde metió tres. En aquella Liga, 30, los que prometió al llegar.
A los 41 años, Romario jugó la pasada madrugada con el Vasco da Gama contra el Flamengo en Maracaná. Si lograba dos goles, llegaría a los 1.000. Su equipo ganó por 3-0, pero él sólo marcó uno, el último.
Luís Martín

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